SENTARSE EN EL "CAFÉ TOMASELLI" ES ALGO IMPRESIONANTE, AL IGUAL QUE VER LOS BONITOS ESCAPARATES, MERENDAR EN EL "CAFÉ DE MOZART" EL DULCE TÍPICO, COMER LOS TAMBIÉN TÍPICOS Y RICOS BOMBONES, O VISITAR LA CASA NATAL DE MOZART, ENTRE OTROS MUCHOS PRECIOSOS E ILUSTRES LUGARES, SON OPORTUNIDADES QUE NO HAY QUE PERDERSE EN ALZBURGO.
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