martes, 16 de septiembre de 2014

SENTARSE EN EL "CAFÉ TOMASELLI" ES ALGO IMPRESIONANTE, AL IGUAL QUE VER LOS BONITOS ESCAPARATES, MERENDAR EN EL "CAFÉ DE MOZART" EL DULCE TÍPICO, COMER LOS TAMBIÉN TÍPICOS Y RICOS BOMBONES, O VISITAR LA CASA NATAL DE MOZART, ENTRE OTROS MUCHOS PRECIOSOS E ILUSTRES LUGARES, SON OPORTUNIDADES QUE NO HAY QUE PERDERSE EN ALZBURGO.










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